¿Cómo identificar si mi hijo usa drogas?
La adicción a las drogas, conocida como “trastorno por consumo de sustancias”, según el OMS (Organización Mundial de Salud) es considerada una enfermedad, pues modifica el funcionamiento normal del cuerpo, del cerebro y el comportamiento de una persona, afectando la capacidad de tomar decisiones asertivas y de hacer elecciones saludables. dejándola incapaz de controlar su consumo de drogas legales o ilegales.
A cada día aumenta el número de muertes a causa del consumo de drogas. A pesar de ser una enfermedad crónica y fatal, si tratada a tiempo hay recuperación.
Hay varios factores que llevan al consumo de la droga, sean personales, ambientales, sociales, hereditarios, físicos y emocionales. Existe un proceso progresivo, hasta llegar a tornarse un adicto. Empieza con el consumo experimental, el uso recreativo, el abuso de la droga y a la adicción, donde ya está instalado el trastorno por consumo de sustancias. La rapidez con que se desarrolla la adicción depende de la droga utilizada. Algunas drogas provocan la adición con más rapidez que otras.
Todos sabemos que en la adolescencia y juventud es una fase de muchos cambios físicos y conductuales. Es una fase de experimentos, donde la percepción del peligro es menor y la exposición al peligro y actitudes de riesgo es mayor, sin estar conscientes de las consecuencias de su conducta.
Lo más preocupante en esta fase es que están expuestos a la experimentación de drogas y es frecuente a estas edades y muchos se enganchan en ella el resto de sus vidas.
¿Cómo identificar si mi hijo usa drogas?
Como padres es nuestro mayor recelo ver a nuestros hijos involucrados en la adicción, por esto debemos estar alertas. Ni siempre es fácil identificar los cambios normales de humor propios de la adolescencia con el uso de la droga. A seguir algunos síntomas que pueden indicar si tu hijo está consumiendo drogas, cuanto mayor el número mayor la probabilidad. Los síntomas pueden variar conforme el tipo de droga utilizada.
1. Síntomas Físicos: irritación nasal, sequedad de la boca, ojos rojos, pupilas extremamente grandes, hipertensión, pérdida o aumento de peso (depende de la droga usada), ronquera, tos crónica, dolor de pecho, marcas de jeringuilla, pronunciación lenta y mala (uso de depresores) o rápida demasiado (uso de estimulantes), marcha inestable, olor o aliento inusual, pereza o soñolencia constante o hiperactividad, falta de energía y motivación, disminución de la coordinación motora, percepción más intensa de los sentidos de la vista, gusto y audición, antojo exagerado a ciertos alimentos, color amarillento en los dedos y olor de cannabis en la ropa, nausea o vómitos con adelgazamiento, confusión, pérdida de control muscular.
2. Cambios de Hábitos Personales: falta de higiene personal, no cuida de su aseo y apariencia, uso de gotas oculares, cambios en la manera de vestir, nuevos amigos o intereses, alteración del apetito y sueño, cambio de gustos en la música, corte de pelo.
3. Cambios en el rendimiento académico y laboral: falta de memoria, dificultad en el aprendizaje, informes escolares o laborares críticos o negativos, ausencias frecuentes en las clases o del trabajo, desinterés repentino de interés por las actividades escolares o laborales, suspensión, problemas con los maestros o jefes.
4. Cambios de conducta: pedidos repentinos de dinero sin explicación razonable, mentir, robar, promiscuidad, problemas con familiares y antiguas amistades, depresión, ansiedad, alteración de ánimo vulnerable, problemas legales, elección de nuevo grupo de amistad, trastornos como alucinaciones o delirios, actividades de riesgo, esfuerzo exagerado por nadie adentrar a su aposento.
Si ocurre en una familia que un hijo está en consumo de drogas, importante es en este momento buscar primero el dialogo franco, evitar agresiones, mostrar acogida al hijo por un lado y total rechazo a la droga. Al mismo tiempo buscar orientación profesional para mejor ayudar a sus hijos.
Asociación El Camino Prevenir – Apoyar – Rehabilitar – Capacitar
Comunidad Terapéutica, Ruta 2 km 81 – Itacurubi de la Cordillera
Tel. 0986 228 555 ct@elcamino.org.py
Pr. Henrique E. Rogalsky e Pra. Geny Bonan Rogalsky
Brasileños, Casados hace 34 años y tienen un hijo Rafael (23) que estudia en Brasil. Actualmente Henrique y Geny viven en Itacurubi de la Cordillera, trabajan en la Comunidad Terapéutica El Camino, para tratamiento de adicciones. Ambos formados por Cruz Azul en Coordinador y Monitor en Dependencia Química y Comunidad Terapéutica. Pr Henrique está como Director, Licenciado en Teología, Maestría en Cuidado Pastoral y Consejería Familiar. Especialización en Clínica Pastoral, Liderazgo por Haggay. Actuó como Pastor de Iglesia, Coordinador de varios proyectos, Director de Orfanato, Enseñanza religiosa y Capellán escolar, Superintendente de Capellanía hospitalaria. Pra. Geny Coordinadora la parte espiritual de la Comunidad Terapéutica. Licenciada en Teología, Capacitación en Consejería y Clínica Pastoral, Asesoramiento Pastoral en Área de Salud, Gestión y Liderazgo.